El 22 de agosto de 1972 en la base naval Almirante Zar fueron asesinados 16 presos políticos que habían sido trasladados allí, seis días antes, luego de que se efectivizara una acción conjunta de las organizaciones Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros, que permitió la evasión de seis Jefes guerrilleros recluídos en Ia cárcel de Trelew quienes, tras abordar un avión civil previamente secuestrado por un grupo comando, lograron refugiarse en Chile, gobernado por el socialista Salvador Allende.
El objetivo trazado - Ia fuga masiva de 110 combatientes - no pudo concretarse con total éxito, razón por la cual un contingente integrado por 19 de ellos que no logró arribar a tiempo al aeropuerto, decidió rendirse el 16 de agosto ante un juez, autoridades militares y la prensa, no sin antes exigir que se le garantizara su seguridad. El capitán de corbeta Luis Emilio Sosa comprometió su palabra en este sentido, escena que fue presenciada y corroborada por el coronel retirado Luis César Perlinger, cuyo testimonio en el que destacaba la humanidad y capacidad militar de los insurgentes, fue sancionado con un arresto.
Violando sus promesas, los marinos sometieron a los prisioneros a un régimen de terror. En la noche del lunes 21 se les impartió una orden insólita: salir de sus celdas con la vista fija en el piso y detenerse ante la puerta en dos hileras de a uno en fondo. Fue entonces cuando los uniformados comenzaron a disparar sus ametralladoras. Recién al amanecer comenzó a pergeñarse Ia mentirosa versión oficial de los sucesos, según la cual el montonero Mariano Pujadas habría intentado arrebatarle la pistola a Sosa, fábula que sirvió para explicar la brutalidad de la masacre. María Antonia Berger, Albeit Camps y Ricardo Haidar, aunque malheridos, salvaron sus vidas por un descuido de sus verdugos, Ia dictadura lanussista los mantuvo incomunicados y sólo permitió que Ia televisión mostrara sus imágenes sin sonido, al tiempo que instauraba una férrea consura de prensa.
A tal punto Ilegó su ensañamiento que el tristemente céIebre comisario Alberto Villar -luego jefe de policía de Perón y uno de los mentores de Ia Triple A- irrumpió con tanquetas en Ia sede del Partido Justicialista donde se velaban los cadáveres de tres de los guerrilleros asesinados.
Pero allí no terminó todo. La sede de Ia Asociación Gremial de Abogados fue dinamitada, se exterminó a las familias de Clarisa Lea Place, Roberto Santucho y Mariano Pujadas, Ia mayor parte de los hermanos y hermanas de los fusilados están hoy desaparecidos y el letrado Mario Amaya, que escoltó con su auto al micro de Ia armada que el 16 trasladó a los detenidos hasta Ia base naval, fue asesinado durante Ia útima dictadura. La masacre de Trelew fue, sin duda, el hito inicial del luctuoso camino que conduciría al mayor genocidio de Ia historia argentina.
Fuente: http://www.los70.org.ar/
En el Marco de la conmemoración de la Masacre de Trelew, el 22 de agosto de 2007, trecientos ex presos políticos de la última dictadura militar junto a sus familiares, visitaron el Penal de Rawson y el viejo Aeropuerto de Trelew...
Estas son algunas imágenes y textos sobre el encuentro ...
“Ex presos políticos, familiares y amigos provenientes de ciudades de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y Misiones visitaron la U6. Hubo mucha emoción y dolorosos recuerdos. En medio de un clima de emoción, algunos eufóricos y otros en silencio, sostenidos por sus seres queridos que tenían los ojos bañados en lágrimas, militantes de ocho provincias recorrieron un sector de la Unidad Carcelaria Nº 6 de Rawson, un emblema para quienes fueron presos políticos en los años ’70 y principios de los ‘80; el lugar de donde escaparon quienes fueron protagonistas de la denominada Masacre de Trelew...
El encuentro de los compañeros...
...Muchos de los que estuvieron presos entre los años 1975 a 1982 ó 1983 no habían vuelto a la Patagonia. Una movilización interior tuvieron ayer, muy grande. Todos recordaron a sus viejos compañeros de lucha, a quienes ya no están y los espacios para la tortura que había en esta Unidad carcelaria. En «estructura está bastante cambiada. Pero es lo mismo», coincidieron al recorrer el módulo y mirar, desde el patio, el imponente edificio.
Armando Benítez, chaqueño, vino con su esposa: «Es la primera vez que vengo al Penal. Yo estuve acá desde el año ’75 hasta el año ’81. Salí con libertad vigilada. «Es la primera vez que estoy acá desde entonces», dijo, al borde de las lágrimas, sintiéndose emocionado «por los compañeros que ya no están, y que murieron aquí por las torturas». Julio Domenech, también de la provincia de Chaco, dijo que estuvo preso en Rawson desde 1975 hasta 1982: «No son buenos los recuerdos que tengo, estamos hablando de la década del ’70. Los que estuvimos en este Penal a lo mejor fuimos los más afortunados, los 30 mil desaparecidos fueron los más desafortunados». Domenech fue uno de los que recordó los talleres de trabajo a los que concurrían los detenidos en el Penal. Talleres de chapa y pintura, herrería, panadería y carpintería, entre otros. «Yo trabajé un año y medio en el taller de herrería. Pero también había un taller de fabricación de bloques y, durante un tiempo, funcionó un taller de chapa y pintura». Domenech volvió al Penal no por sí solo: «Fue un poco para mostrarle a mi hijo, que tenía interés en saber lo que pasé y por lo que pasé en esos años horribles para la Argentina. «Tengo muchas sensaciones a la vez. Por un lado encontrarse con tanta gente que vivieron el infierno, como nosotros, y que todavía conservan la esperanza y la alegría de vivir. Esto es lo que hay que rescatar".
Diario Chubut, 23 de Agosto de 2007
"En recorridos de 15 minutos, cada grupo recorrió el corazón del penal, sus pabellones, sus refacciones, los patios y los talleres para irse por la gran puerta lateral. Al cruzarla recién ingresaba el resto. Y así hasta cumplir con todo el contingente. Abundaron las cámaras digitales, grabadores y filmadoras casi profesionales, que capturaron imágenes para varios documentales en proceso. Cada vez que un grupo completaba el circuito y volvía con los demás, sus compañeros acampados en el puesto de control estallaban en aplausos. Los uniformados de la cárcel se limitaron a colaborar con el orden y respetar con silencio y un leve cabeceo de saludo el paso de los ex presidiarios. No hubo tensiones ni reproches. Para que el marco fuera casi ideal el sol no dejó de brillar. El último ex preso político salió de la cárcel pasadas las 17. Entonces la reunión general pasó al boulevard de la avenida 9 de Julio. En una ceremonia muy sencilla se descubrió la placa prometida: "En esta unidad penal entre los años 1970 y 1983, miles de militantes populares resistieron las políticas de exterminio de las dictaduras militares. Por los que aquí murieron, por nuestros familiares y por todos los habitantes de esta región que nos brindaron su solidaridad. Memoria, verdad y justicia. Ex presos políticos de la Unidad 6".
El discurso de Carlota Marambio destacó la memoria de la vecina "Keka Di Filippo, que vivía en una esquina cercana y recibió y contuvo a nuestras familias". Otro testimonio cierra el círculo. Se llama Mario "El Pato" Mac Donald y llegó desde Entre Ríos. Las lágrimas lo atragantan. "Esto es muy jodido y es una emoción bárbara. No había vuelto y nunca vi esta cárcel del lado de afuera. Aquí pase más de 4 años preso. Esto es muy fuerte y cuesta aguantarlo pero cueste lo que cueste tenés que hacerlo. Lo mejor que tenemos es que nos queda duda de que seguimos enteros. Y que les ganamos"
En el acto en Memoria de la Masacre de Trelew. Espacio por la Memoria (viejo aeropuerto)
La delegación de compañeros de Chaco, Parana, Santa Fé y Rosario, al regreso, un ratito en el mar de Madryn...
..."Volver a Rawson fue como estar dentro de una foto vieja. Las montañas se veían como en el recuerdo de mi infancia, azules, lejanas, en el horizonte de la cárcel. Para una niña nacida en la llanura y el monte Chaqueño, esas montañas en medio del desierto resultaban abrumadoras y ayudaban a entretener las largas horas de espera para entrar a verte"...
Paula.
1 comentario:
Es (o quizás no tanto) conocida la teoría acerca de que la escritura surgió para contabilizar lo que se acumulaba. No importa si así fue o no. Al menos no me importa en este momento. Sí que nos es muy importante para intentar construir una identidad. La de cada uno que sufrió en carne propia lo más bajo de la miseria humana. En este sentido, aunque con paisajes diferentes, aprovecho esta ocasión que propone Paula para intentar siquiera empezar yo también a construir o dlinear mi identidad. Y a recordar. ¿Acaso no era ése el motivo del origen de la escritura? Un grande abrazo a todas las personas que hacen de la memoria, esta memoria, una práctica de vida.
Diego R.
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